Este lunes fueron velados los restos del cantante Guillermo «Memo» Morales, quien falleció este 1º de enero tras sufrir un infarto mientras se presentaba en el show de fin de año, ofrecido en la Hermandad Gallega en Caracas. «El afamado cantante fue velado en la capilla 5 del cementerio del Este». Morales nació en Maracaibo, estado Zulia, el 6 de abril de 1937 en una familia de gaiteros talentosos que deleitaban con sus temas en el mes de diciembre y desde pequeño se vinculó con el mundo artístico y se presentó en diferentes espacios televisivos hasta convertirse en la voz prodigio de la época.

Su voz quedará gravada en el imaginario colectivo de los venezolanos ligada invariablemente al Billo’s Caracas Boy, orquesta donde participó desde mediados de los sesenta hasta la mitad de la década de los setenta.

Una voz inolvidable
Oficialmente, Morales, inició su aventura musical en 1953 como una sección vocal de la orquesta Garrido y sus Solistas, seguidamente se unió a:
• 1954 – 1958, Juanito Arteta y su orquesta (Caracas).
• 1958, Carlos Torres.
• 1959 – 1960, orquesta de Luis Alfonso Larraín.
• 1961 – 1964, Los Hermanos Salanis.
• 1964 – 1976, Billo’s Caracas Boys.

Su consagración musical llegó sin duda junto a Billo Frómeta en la popular banda que conquistó a todo el país con títulos como «Ni se compra, ni se vende», «Se necesitan dos», «Rumores», «Parece mentira», «Dámele betún», «Juanita bonita», «Qué tienes tú», «La rubia y la trigueña».

En 1976, el interprete, decide tomar una exitosa gira de conciertos como solista por  EE. UU. Cinco años más tarde fundó con Luisín Landáez la orquesta La Nuestra y en 1984 salta a los escenarios con Cheo García y La Gran Orquesta de Cheo y Memo que se mantuvo un década hasta la partida física de su compañero. Lejos de los escenarios, decidió fundar junto a sus hijos la Organización Musical Memo Morales para seguir sembrando la música en el ADN de Venezuela.

En abril pasado recibió de manos del alcalde de Houston, Sylvester Turner, el reconocimiento de ciudadano honorífico y embajador de buena voluntad de la ciudad por su valiosa contribución musical a la humanidad.