Una vez más, los vecinos del sector La Ponderosa salieron a la calle con tobos en mano para exigir una  pronta solución a la falla del servicio de agua que los agobia desde hace más de nueve meses.

Más de 250 familias de los sectores I, II y III a diario deben comprar un tambor de agua en Bs. 700.  La habitante Carmen Cedeño informó que luego de más de tres protestas en los últimos meses, aún esperan por alguna solución.

«Hidrocaribe vino hasta el sector e hizo tres huecos supuestamente para empezar las obras de reconstrucción en las tuberías, pero eso fue hace más de un mes y seguimos esperando las mejoras», resaltó Cedeño. La vecina explicó que actualmente La Ponderosa no cuenta con un servicio de agua consistente, pero en la calle principal la situación se agravó.

«Las familias que vivimos al final de la calle pocas veces vemos el agua. El servicio no llega ni con bomba», agregó. A su vez, señaló que ante la falla del suministro hídrico, la ayuda entre vecinos se implementó entre los sectores afectados. «La única manera que tenemos de sobrevivir es ayudándonos unos a otros. Los que reciben más agua nos llenan tambores y nos colaboran», apuntó.

Protesta
Ayer, desde la seis de las mañana, un grupo de vecinos se reunieron a la altura del «arco de bienvenida» en la autopista José Antonio Anzoátegui, sin embargo, no contaron con el apoyo necesario de la comunidad. «Le pedimos a los vecinos que se unan a las protestas, porque el problema es de todos. A todo el sector le afecta no tener agua, no es problema solo de un pequeño grupo. Igualmente, hacemos un llamado al gobierno regional», expresó la habitante y miembro del consejo comunal, Laura Rivas. El equipo reporteril del diario Nueva Prensa de Oriente se trató de comunicar con representantes de Hidrocaribe para obtener mayor información, pero no se logró obtener el contacto.

Denuncia
Vecinos denunciaron que el beneficio de los Comités Locales de Abastecimiento y Distribución (Clap), no es constante. Solo lo reciben cada tres meses y un producto de cada rubro.

 

Mercedes C. Quevedo