Al realizar un recorrido por las principales calles del centro de Barcelona, se pudo apreciar que en la mayoría de los puestos de comida tienen a la venta el tradicional café negro, ya que según los dueños y empleados, es una manera de obtener un ingreso extra para sus hogares, aunque no sea significativo para el bolsillo y la canasta básica mensual.
Tan solo por la compra de un kilo de café y azúcar importada en cualquier establecimiento o supermercado de la zona, junto con un paquete de vasos pequeños, los comerciantes informales llegan a invertir hasta Bs. 10 mil, lo que les deja un margen de ganancia mínimo por cada litro de café realizado.
«Yo vendo el negrito desde hace seis años, y si comparo la inversión de otros años con la de ahora, es muy espantoso el resultado, por eso evito preocuparme por esas cosas. Sé que no me da mucha ganancia, y por eso vendo tetas en las tardes, porque es otra cosa que también sale y no tiene pérdida», comentó el vendedor, Saúl Jiménez.
También explicó, que un vaso pequeño del producto, lo expende en Bs. 300, y que suele sacar de 27 a 28 vasos por cada termo. Si es un buen día, puede hacer hasta tres y le da una ganancia de cinco mil bolívares por cada uno.
«Es muy poquito, no se pretende ser rico, menos como está este país de caro», añadió.
Otra comerciante, indicó que pese a que no compra los ingredientes para elaborar el preciado líquido, ya que una persona le vende los termos listos por Bs. 4.500, el beneficio apenas llega a los mil bolívares.
«Es muy poco, ya que no puedo vender el vaso a más de 200 porque no lo compran. A parte, también vendo cigarros y chucherías y medio veo los reales diariamente. Tengo familia a la que mantener y es muy difícil hacerlo sin un trabajo estable, porque no hay», aseguró, Belkis Rodríguez, quien ofrece los servicios en la avenida principal de Tronconal II durante ocho horas diarias de jornada, por lo que alega es un poco agotador, pero en su caso, es necesario debido a sus carencias.

 

Rosmary Aguirre.