Es un trastorno del ciclo de sueño que suele coincidir con el de luz-oscuridad, o en el que el sueño nocturno se alarga excesivamente llegando a las diez horas o más. Para considerar que se trata de hipersomnia, la alteración del sueño debe de mantenerse como mínimo un mes.

El sueño es fundamental para nuestra salud, no sólo para descansar de la fatiga del día, sino porque durante el mismo se activa en mayor medida nuestro sistema inmune y se desarrollan una serie de procesos claves para el organismo. Normalmente este reposo se hace coincidiendo con la noche, aunque en algunos sitios también es costumbre tener un breve descanso a mitad del día, la siesta, una regularidad que se ve rota por la hipersomnia.

Se trata de un trastorno de origen desconocido, en el que los pacientes no muestran diferencias en el sueño a nivel neuronal, y presenta una baja incidencia en la población general, afectando por igual a hombres y mujeres. Su inicio es temprano, normalmente entre los 15 y los 30 años, y si no se realiza un diagnóstico y tratamiento adecuados, se puede volver crónico, aumentando su frecuencia y el número de horas en las que duerme el paciente.

La manifestación más destacada y evidente de la hipersomnia, también denominada somnolencia prolongada o adormecimiento diurno excesivo, es precisamente el aumento significativo del número de horas que pasa el paciente durmiendo; ya sea porque su sueño nocturno se prolonga más allá de las ocho horas recomendadas en adultos, o porque también duerme unas cuantas horas durante el día a pesar de haber descansado suficiente por la noche.

Si no se realiza ningún tipo de intervención terapéutica para corregirlo, este trastorno se va volviendo crónico y el afectado aumenta progresivamente las horas dedicadas a dormir, y puede pasar de echarse una breve siesta, a tres, cinco, o más episodios diurnos de sueño, pudiendo llegar a permanecer dormido durante más horas de las que está despierto.

Aunque en principio esto no parece tener ninguna consecuencia sobre la salud del paciente, la hipersomnia sí va a afectar de forma importante a otros ámbitos de su vida como el laboral, el social, e incluso el familiar, que se van a deteriorar en función del aumento de horas de sueño o el número de ocasiones en que el paciente duerme durante el día.

De hecho, la pérdida del trabajo puede ser una de las consecuencias más graves a nivel profesional, pero también puede sufrir un accidente de tráfico mientras conduce, ya que la somnolencia aparece especialmente cuando se realizan tareas monótonas como conducir, o estar sentado en la silla de la oficina, haciendo así más probable que el paciente se duerma; en cambio las actividades que requieren de mayor esfuerzo físico le mantienen despierto pero le agotan.