El líder norcoreano, Kim Jong-Un, ofreció al término de su cumbre con el presidente sureño, Moon Jae-in, a desmantelar más instalaciones de su programa armamentístico, un nuevo gesto simbólico hacia Washington para subrayar su compromiso con la desnuclearización.

En la declaración firmada por Kim y Moon, el primero promete cerrar permanentemente Yongbyon, donde ese Gobierno produce el combustible para sus bombas atómicas, siempre que EE.UU. tome medidas correspondientes con lo acordado por ambos países recientemente en la cumbre de Singapur.

Primero porque no es la primera vez que Corea del Norte promete cerrar Yongbyon: en 2008 ya derribó ante observadores internacionales su torre de refrigeración para volver a levantarla poco después.

El régimen también pide a EE.UU. avances en la firma de un tratado de paz -que considera garante de supervivencia en caso de desmantelar su programa nuclear.

Para concluir el encuentro de tres días entre los dos presidentes en Corea del Norte, ambos líderes ascenderán mañana a la cumbre del monte Paektu, donde el folclore tradicional establece que se originó el pueblo coreano.