La situación crítica que se vive en Venezuela no solo afecta a los ciudadanos por la falta de medicamentos, alimentos, falta de servicios públicos o el incremento de los productos de todos los sectores, sino que también abarca la educación. Cada vez son más los niños que dejan de recibir educación porque sus padres no pueden costear los gastos básicos: matrícula, uniformes, útiles, comidas o meriendas.

Para que un niño estudie en un colegio privado su representante debe pagar, solo en matriculación, alrededor de 1.500 Bolívares Soberanos (Bs.S) y las mensualidades superan los Bs.S 2.000.

Después de reunirse con los padres y representantes de los estudiantes, algunas instituciones educativas privadas, tanto del este de caracas como del oeste, han optado por dejar inscribir a los niños incluso antes de fijar un precio para sus servicios.

Un trabajador de una institución, que prefirió mantenerse en el anonimato por miedo a las acciones que podría tomar el gobierno, afirmó que esos precios están sujetos a cambios porque “de aquí a tres o cuatro meses, todo podría estar costando triple”.

Aunque ya los colegios están en período de inicio a clases, el costo de las mensualidades todavía no ha sido aclarado a los padres en algunas escuelas.

Con el aumento anunciado por Nicolás Maduro el 17 de agosto, el salario mínimo quedó en BsS 1.800 mensual, lo que resume que una persona tendría que pagar 83% de su sueldo solo en la inscripción de un niño.

Lo que deja solo 17% del salario, que se traduce en BsS 306, para cubrir las otras necesidades familiares. Según los precios fijados para los rubros alimenticios especificados en la Gaceta Oficial.

La crisis en el sector educativo va en ascenso, según Fausto Tomero, presidente de la Asociación Nacional de Institutos Educativos Privados, detalló que este año se inscribieron 1.200.000 estudiantes en los planteles, a diferencia del año pasado que la cifra superó los 6.000.000. Resaltó que la mayoría de los padres que no inscribieron a sus niños tuvieron dificultades económicas.

Asimismo, aseguró que 400 colegios privados tuvieron que detener indefinidamente sus actividades debido a las medidas económicas tomadas por el presidente.

A pesar de toda la situación que arropa al sector, tanto padres como maestros hacen un esfuerzo para continuar formando a los futuros profesionales que liderarán el país en sus respectivas áreas.