Un estudio realizado por la Universidad de Roma determinó que comer hormigas y otros insectos podrían proteger a las personas de desarrollar cáncer.

A pesar que no es un ingrediente apetitoso dichos bichos pueden valer la pena tragarlos.

Los científicos encontraron que algunos insectos contienen más antioxidantes.

Los antioxidantes como las vitaminas reducen el desarrollo de radicales libres potencialmente peligrosos en el cuerpo.

Solo se usaron las partes solubles de los insectos. Se les quitaron las alas y los aguijones.