En los últimos nueve días, al menos 20 personas han sido aprehendidas por los cuerpos de seguridad anzoatiguenses. Mientras que aproximadamente 80 resultaron heridos durante las manifestaciones registradas en la zona Norte

El municipio Diego Bautista Urbaneja, ha cedido su fama de jurisdicción turística para convertirse en un campo de batalla.
Nueve días han transcurrido desde el primer episodio de guerra entre civiles y comisiones policiales mixtas.
La diferencia de ideales políticos y sociales se transformó en una lluvia de piedras, perdigones, bombas lacrimógenas y gas pimienta, que mantiene arropada la zona norte de Anzoátegui, digno de una película de acción en la que falleció un joven de 21 años.
Tras la búsqueda de la noticia, el equipo reporteril de Nueva Prensa de Oriente tuvo la oportunidad de conversar con militantes de ambos bandos. Sus identidades se mantienen bajo perfil, por seguridad de las fuentes.

Conflicto

En el Distrito Capital empezó la rebelión. Con el pasar de los días, cientos de venezolanos emularon la actuación especialmente en Lechería.
Los civiles se prepararon desde el miércoles, en la madrugada impulsados por el descontento con el Gobierno Nacional.
«Todos vivimos lo mismo. Es indignante porque ellos se llenan con la desgracia de los demás», dijo ‘Resistencia’.
A las 4:00 de la madrugada, empieza la jornada para un manifestante. Movilización de personas, colecta de insumos y preparación de armas de defensa son el primer paso.
Tras reunirse, los líderes delegan responsabilidades por equipo y salen a la lucha.
El primer día fue el más difícil para los muchachos. «Nos emboscaron y no estábamos preparados. Esto es un trabajo de ensayo y error día a día.», expresó. El apoyo de la colectividad ha sido crucial en lo que consideran un combate por la libertad de país. Las donaciones de comida, hidratación, guantes, máscaras, cascos y medicamentos es diaria.
«La sociedad habla con nosotros y colabora. Estamos agradecidos porque se han portado a la altura», dijo.
-¿Cuál es el propósito de «La Resistencia»?
-No queremos elecciones. Queremos que salga el Gobierno.

Desgaste

12 horas después, en El Peñón del Faro, empieza la contienda. El sonido de las cacerolas alerta a los protestantes sobre la presencia del enemigo: los cuerpos policiales.
De inmediato los escuderos de «La Resistencia» ocupan la primera fila para resguardar a chicos armados con piedras, gomeras y molotov.
Todos tienen la cara cubierta con máscaras antigas o de disfraces y franelas, para evitar ser identificados por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), quienes andan tras la pista de los líderes para detenerlos.
Al otro lado de la frontera, están uniformados de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y Guardia Nacional Bolivariana (GNB), posicionados de la misma forma que los muchachos. El día a día de un efectivo es semejante al de un manifestante. En tiempos de contingencia, no descansan, pocas veces se alimentan. También están batallando. «Es una completa esclavitud», relató un castrense.
Se mantienen toda la noche en un pelotón de orden público, patrullando o dispersando protestas.
«Tengo 47 días trabajando sin librar. Normalmente me voy de permiso una semana luego de laborar durante 14 días», detalló.
Así como a «La Resistencia», la gente los apoya con comida o agua mientras están de operativo ya que en ocasiones no tienen oportunidad de comer.
En la línea de fuego, gritos e insultos dirigidos a los oficiales son emitidos desde edificios vecinos, sin embargo, el efectivo dijo que no les perjudica.
«Somos inmunes. Por eso tenemos una severa preparación física y psicológica en la academia. Estamos preparados para todo», reveló. A su juicio, la estampa de Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) en la actualidad no es la violencia. «Los militares tenemos que mantener el orden público. Debemos tener paciencia y ganas de estar ahí», enfatizó.
No obstante, estar alejados de sus familias es lo que posiblemente quebranta a un guardia, ya que residen dentro del comando a diferencia de los policías. «Lo que más afecta es la parte sentimental. No es fácil estar todo el tiempo en el destacamento», resaltó el funcionario quien sirve a la milicia desde hace tres años y medio.
Los compañeros se convierten en parientes y conviven en una hermandad. Todos padecen las mismas cosas mientras están en la brega diaria.
«En las buenas y en las malas estamos juntos», apuntó. Por otro lado, su posición es muy clara con respecto a la pelea que mantienen los ciudadanos. Le parece que la decisión de salir a la calle a enfrentarse con las autoridades, no es la más adecuada.
«Cada quien tiene su forma de pensar, pero estoy en desacuerdo», resaltó el hombre.
El conflicto en la zona metropolitana ha dejado como saldo la muerte de César David Pereira Villegas y al menos 80 heridos de ambas partes.
El jefe de la Región Estratégica de Defensa Integral Oriental (Redior), general de división, Sergio Rivero Marcano, informó que han realizado un total de 20 detenciones.

Dolor

Rabia, impotencia y llanto se apoderaron de los rebeldes el viernes cuando resultó severamente herido Óscar David Fuentes. El prospecto del béisbol de 20 años, retornó al país para renovar su pasaporte. Posteriormente, regresaría a Estados Unidos donde tiene una beca como pelotero. Él también salió a pelear por un país distinto ese día a pesar de las advertencias de sus amigos.
Esa tarde un presunto metrazo en la cabeza lo postró en la cama de una clínica privada. El mismo artefacto le costó la vida a Pereira, un futuro publicista.

Precaución 

«Resistencia» dijo que tratan de reguardarse temprano para evitar ser atacados por colectivos.

Oriana Mujica