En invierno suele haber una mayor proliferación de enfermedades respiratorias como la gripe, la faringitis, las anginas o la bronquitis. El frío es un factor que debilita el sistema inmunológico pero no es el único que afecta a nuestras defensas.
Las manos son la principal vía de transmisión de virus y bacterias. Mantenerlas limpias y controlar su higiene es una medida clave para evitar y prevenir el contagio de enfermedades típicas de los meses de frío.
Según precisa la Organización Mundial de la Salud, el 25% de las infecciones respiratorias se puede evitar sólo con el hábito de lavarse las manos. Limpiarlas con jabón corta el ciclo de contaminación, dado que las vías de contagio no se producen únicamente con el contacto directo sino mediante superficies.
Hay que lavarse las manos sobre todo antes y después de cocinar, ir al baño, cambiar a un bebé y luego de estornudar o toser, de sacar la basura, de tocar dinero o mascotas, visitar un enfermo o viajar en transporte público. Es importante que este hábito se inculque a los más chicos en el hogar para que luego lo adquieran como algo automático y natural.