Quedarse despierto hasta tarde en cama tiene una repercusión en la producción de espermatozoides en los hombres que disminuye las posibilidades de lograr tener un bebé. Así lo reseña infobae.
El profesor Hans Jakob de la Universidad de Aarhus y un equipo de investigadores realizaron un estudio en el que durante un mes le hicieron un cuestionario a hombres acerca de la hora que se acuestan para dormir, y sobre la cantidad del tiempo que descansan. Además de estudios de fertilidad, para conocer la relación entre ambos factores.
Los científicos descubrieron que las personas que se iban a la cama antes de las 22:30 horas, tenían casi cuatro veces más probabilidades de embarazar a su pareja por la calidad y cantidad de espermatozoides que generaban, en comparación con quienes se acostaban entre las 23 y 23:30 horas.
Pero no sólo influye la hora de acostarse, sino el tiempo que se pasa durmiendo bien. Durante el estudio quienes descansaron entre siete horas y media y ocho tenían más espermatozoides normales que quienes dormían menos. Lo que representaba seis veces más probabilidades de tener un hijo.
Según el profesor Jakob, esto se puede deber a que la falta de sueño hace que el sistema inmunológico sobrereaccione y ataque a los espermatozoides; además que acostarse más tarde genera que las parejas estén más cansadas antes de dormir y disminuya su tiempo y frecuencia de relaciones sexuales.
También sugirió que podría influir la psicología. Cuando una persona duerme menos por lo general se encuentra más estresada, lo que puede impactar en su fertilidad.
Lo que podría explicar por qué las parejas que más intentan embarazarse no lo consiguen. La teoría del investigador es que cuando se planea tener un bebé, los padres y madres trabajan más de lo normal y hacen mayor número de actividades durante el día para esperar llegada de un hijo.
Lo que resulta contraproducente, pues al hacerlo, las personas se desvelan más y se ponen nerviosas, lo que afecta la producción de espermatozoides y reduce las posibilidades de embarazo.