El comercio ya lidiaba con la hiperinflación y la carencia de servicios básicos, pero el apagón nacional aceleró las pérdidas. En el caso de Anzoátegui, más de 90% de ellos se vio severamente afectado por la falla que dejó sin energía a todo el país. La cifra también incluye al resto del territorio nacional.

Según el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Wael Raad, esto afectó además a las líneas telefónicas, de las que dependen los puntos de venta, lo que fue propicio para que los negocios empezaran a aceptar dólares más abiertamente, debido a que los bolívares están cada vez más escasos y el cono monetario que lleva seis meses de existencia ha perdido todo su valor.

“Nadie va a cargar un fajo grande de efectivo por allí”.

Además, Raad señaló el problema con los saqueos, que también afectó a varios locales comerciales y que en otras partes del país se han hecho severos.

Comentó que las medidas del gobierno de Nicolás Maduro están muy alejadas del sector privado y no atacan la raíz del problema, sino que lo agrava aún más.