Los niños, niñas y adolescentes en muchos casos se ven en la necesidad de trabajar. Sin embargo, hay un nuevo empleo independiente, sin beneficios y que está generando la preocupación de una buena cantidad de padres anaquenses, la venta de «animalitos».

El juego de azar que se convirtió este año en toda una moda y que permite a cientos de familias de la localidad gasífera ayudarse económicamente ante la falta de trabajos estables, ha cautivado también la atención de menores de edad y que en muchos casos más que los propios estudios.

Carmen Ochoa, vecina del sector Pueblo Nuevo, comunicó que en los alrededores del centro y el mercado se observan a diario niños y niñas con carpetas y lápices expendiendo el juego.
«Muchos son muchachos vestidos incluso de liceo, preocupa como madre que nuestros hijos desvíen la atención de sus clases por estar pendientes de la lotería, eso creo que debe controlarlo las autoridades y los mismos padres» comentó.

Ernesto Maita fue más allá al señalar que ha visto peleas de adolescentes por el cobro de los premios. «No es posible que estemos viviendo esta situación, los niños deben enfocarse en estudiar y salir adelante, que los representantes se encarguen de buscar el dinero para sus casas» manifestó.

El deseo de manejar dinero, de tener con qué desayunarse bien o incluso comprarse alguna prenda de vestir de su gusto, son las causas del impulso de los jovencitos a vender los animalitos.
«A pesar que es una forma digna de obtención de ingresos, es un caso de psicología de familia, pues podría ser un síntoma de falta de educación y comunicación entre padres e hijos que debe tratarse profesionalmente y eso debe ayudar el Consejo de Protección» señala la psicóloga Marta Barrios.  Se trató de obtener información en la institución que vela por los derechos de los niños y adolescentes, pero nadie ofreció detalles.