En política los errores se pagan muy caros, hay personas que aprenden de sus equivocaciones, pero otros siguen cometiéndolos con tan mala memoria que se les olvida alegremente sin mirar las consecuencias para los demás. Henry Ramos Allup, desde Yaracuy, decía en una concentración que era necesario salir de este gobierno y una de las presentes preguntó ¿cuándo?, contestando el diputado que no sabía.
Discurso muy distinto al del día que se instaló como Presidente de la Asamblea Nacional, en aquella ocasión afirmó que dentro de seis meses sacaría a Nicolás Maduro de Miraflores. Jugó a perder su credibilidad, tratando de convertirse en el máximo protagonista de la oposición y desde allí ganar la candidatura de la unidad. Fallas inmensas que se ven bien lejos, en un escenario donde el ciudadano común se ha convertido en analista obligado del acontecer diario. No hay momento en que se deje de recordar la vez que la oposición dejó de participar en las elecciones parlamentarias, todos los dirigentes reconocen el error, pero culpan en buena parte a la presión mediática.
En esos tiempos marcaba la pauta Marta Colomina, tal como hoy lo pretende hacer desde Miami, La Poleo. Falta saber si hoy no cometen el mismo error al negarse a participar en La Constituyente.
Error tras error van marcando un camino incierto a punto de acabar con alguna esperanza, y en ese sueño dirigencial hasta se reparten estados, Henry Ramos, se reservó las candidatura de las gobernaciones de Anzoátegui y Nueva Esparta, cayendo en el error de postular para nuestra entidad a un perdedor nato, conocido por su comodidad política. Ahora seguramente perderá más feo, de repente ni llega a ser candidato, Barreto Sira, después de toda su vida en política se atrevió a cambiar a Otto Padrón Guevara por Miguel Arismendi, el exalcalde de El Tigre en ese papel de asesor no posee saldos positivos y como dirigente político solo ha servido para recoger fracasados de otras organizaciones, nombres como el de Castro, Plácido, Briceño, Afanador y José Dionisio forman parte de los que se acomodan pensando hacia donde la brisa soplará con más fuerza.
Henry Ramos debe cambiar el discurso a profundidad, no puede hablar de dictaduras, cuando él es el mejor ejemplo de un dictador en su propio partido, nadie le ha podido quitar la jefatura.
También en la oposición se equivocan al incentivar el enfrentamiento interno, el proceso de validación lo tomaron como unas elecciones primarias para demostrar quién movilizaba más gente. Eso y pensar que ya ganaron para amenazar a cuanto ciudadano del chavismo les venga en gana, indica que muchos no aprenden. Venezuela necesita que sepan enmendar sus errores, el país y su pueblo quieren una dirigencia opositora a la altura de sus ciudadanos.
Las ofensas y las humillaciones no pueden ser el norte entre compatriotas, el respeto a la dignidad de la persona humana debe estar presente en todos los actos.
Pedro Ledilla