Venezuela saldrá, la madrugada de este jueves, a seguir escribiendo la historia, con tinta Vinotinto.
El conjunto criollo se medirá, a partir de las 4:00 de la madrugada, a Uruguay, en las semifinales del Mundial Sub 20 Corea del Sur 2017.
El estadio Daejeon será el escenario que albergará este electrizante choque con sello sudamericano.
Y es que este duelo asegura, por lo menos, una selección del continente hispano entre los tres mejores de la cita mundialística.

Recorrido dulce
Venezuela marcha invicta en la competencia internacional.
Suma cinco victorias en la misma cantidad de presentaciones.
Solo un tanto ha recibido el arco defendido por Wuilker Fariñez, y cayó en la última sálida de los venezolanos.
Los nacionales vienen de vencer 2-1 en la prórroga a sus similares de Estados Unidos, en el choque válido por los cuartos de final.
Por su parte, Uruguay, registra cuatro triunfos y un empate en su andar por la competencia.
La oncena celeste necesitó llegar hasta la tanda de penales para dejar en el camino a Portugal e inscribir su nombre entre las mejores cuatro representaciones del torneo.
Pero la delegación tricolor se encomienda a una considerable ventaja en esta llave.
En el campeonato sudamericano que tuvo sitio en Ecuador, jugado en enero anterior, ambas empataron sin goles en la fase de grupos y la Vinotinto ganó por goleada 3-0 en el hexagonal final.
Seis anotaciones lleva el combinado uruguayo en la actual justa.

Conciencia virtuosa
El director técnico Rafael Dudamel es consciente plenamente de que en la selección «tenemos familia, seres queridos, amigos que están sufriendo esa realidad sociopolítica. «Es muy difícil ser indiferente, pero hemos comprendido y este es el mensaje para mis jugadores: si nosotros queremos un mejor país, el mejor aporte es triunfando en el fútbol».
Y remató: «Viene la semifinal, hoy más que nunca que sirvan esos despertadores, que suenen, que les pongan el volumen bien alto, para que el próximo jueves a las 4 de la mañana nos acompañen, nos alienten, para lograr el pase a la final».

Richard J. Guerra