La memoria es la primera víctima de los atracones alcohólicos que suelen protagonizar los adolescentes ,la ingesta de grandes cantidades de alcohol en muy poco tiempo, alertan investigadores chilenos que han estudiado las consecuencias de estas prácticas toleradas porque inicialmente son hábitos ocasionales.

El atracón etílico, o «binge drinking» en inglés, consiste en beber mucho en muy poco tiempo. Y si se asocia al tabaco, la marihuana o narcóticos más duros, el efecto puede agravarse.

Los estudios demuestran que aunque sean hábitos restringidos en general a los fines de semana o las fiestas, estos atracones etílicos «pueden generar muchos problemas» en el cerebro que se perpetúan en el tiempo, además de facilitar adicciones de largo plazo, dice Rodrigo Quintanilla, uno de los investigadores de la Universidad Autónoma de Chile que han estudiado las consecuencias de estas prácticas altamente toleradas.