A muchas personas les gusta tomarse selfies y subirlos a las redes sociales. Sin embargo, eso no sería tan divertido como creemos, dado que hacerlo podría producirles baja autoestima, estrés, ansiedad, depresión y hasta paranoia, entre otros problemas de salud.

Asimismo, la necesidad de estar publicando cosas relacionadas con su vida para que los demás den su opinión relacionarse a problemas emocionales, mentales y sexuales.

Estas conclusiones se obtuvieron del estudio realizado por el investigador holandés Christyntjes Van Gallagher llamado El rodaje de las dificultades y la soledad de la Universidad de Wageningen, quien encuestó a 800 personas adictas a las selfies en busca de conductas particulares, sin embargo y para su sorpresa, lo que descubrió fue que el 83% de las personas entrevistadas no tenía una vida sexual activa.