El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, declaró al país caribeño como un «desastre nacional» por las copiosas lluvias que han caído sobre el territorio y han provocado que miles de personas queden desamparadas.

Ante ello, Rowley anunció en rueda de prensa que se dirigirá al consejo de ministros para que aprueben una ayuda económica de emergencia de 25 millones de dólares trinitenses para asistir a los ciudadanos afectados.

«Nos aseguraremos que este dinero se distribuirá de manera efectiva y lo más rápido posible para los más necesitados», afirmó Rowley.

Según varios vídeos colgados en las redes sociales por algunos trinitenses, se aprecian a ciudadanos encaramándose a los techos de sus residencias evitando que sean arrastrados por las inundaciones provocadas por las lluvias que han caído en el país caribeño por los pasados cuatro días.

De igual manera, se avistan ciudadanos utilizando embarcaciones pequeñas y motoras acuáticas asistiendo y rescatando a sus vecinos. Algunas de las zonas más afectadas son el área de Saint Helena/Kelly y Sangre Grande.

Por su parte, el arzobispo católico Jason Gordon pidió a los feligreses a que donen agua y comida, para así repartirla en las parroquias para esas personas que estén buscando refugio.

Mientras el país enfrenta esta situación, un terremoto de 5,1 grados en la escala Richter se registró al mediodía de hoy.

De acuerdo con el Centro Investigativo Sísmico de la Universidad de las Indias Occidentales, el sismo ocurrió a las 12.35 a una profundidad de 80 kilómetros y a 181 kilómetros al noreste de Puerto España, capital de Trinidad y Tobago.