Autoridades ecuatorianas reubicaron a un grupo de venezolanos que estaba en las afueras de una terminal terrestre en el norte de Quito y los condujeron hasta centros de tránsito temporales para que se alojen en mejores condiciones, confirmó a Efe una fuente del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).
Silvana Haro, coordinadora zonal 9 del MIES, indicó que el pasado miércoles acudieron al asentamiento de Carcelén donde confirmaron que allí vivían setenta venezolanos en cinco grupos familiares, y entre ellos siete niños y adolescentes, seis personas con discapacidad y seis embarazadas.
En la noche de ese mismo día, una familia integrada por once personas decidió viajar a la provincia costera de Esmeraldas, fronteriza con Colombia.
Autoridades de distintas instituciones ecuatorianas acudieron al campamento para ofrecer a los ciudadanos venezolanos el traslado a los centros temporales ante la época lluviosa que experimenta la capital, donde ayer una granizada afectó varias zonas del centro histórico, mientras en el norte cayó un fuerte aguacero.
«La situación que estaban atravesando es bastante compleja, precaria e insalubre. Pudimos identificar que muchas personas están con enfermedades respiratorias, sobre todo los niños», señaló Haro al aclarar que no se registraron actos violentos en la movilización de los migrantes que ocuparon la zona a inicios de julio pasado.
No obstante, detectaron en algunos casos «hostilidad propia de la angustia y preocupación que les genera la incertidumbre de que pueden estar un tiempo en un espacio y luego no saber a dónde ir», explicó.
Y recordó que antes de la «intervención guiada» de hoy, el pasado 11 de agosto unos 200 venezolanos fueron reubicados desde el mismo sitio a centros temporales.
Haro constató hoy la reubicación de 34 venezolanos y expresó su esperanza de que en el transcurso del día ocurra lo propio con el resto pues «más allá de la ocupación del espacio, son situaciones indignas en las que se encuentran».
Detalló que los migrantes estaban «bajo carpas de plástico, con colchones en el suelo sobre plásticos. Encontramos roedores, condiciones insalubres en las cuales estaban viviendo».
El secretario de seguridad y gobernabilidad del Municipio de Quito, Juan Zapata, aclaró que no se trata de un desalojo sino de una «intervención guiada» en la que participan varias instituciones del Estado, así como la Cruz Roja.
Según cifras de la Cancillería, «entre 2014 y 2018, ingresaron al Ecuador más de 1.200.000 venezolanos», de los cuales, «entre 230.000 y 250.000 permanecían en el país al 31 de octubre pasado».
El próximo jueves, Quito acogerá la II Reunión técnica Internacional sobre la movilidad humana de ciudadanos venezolanos en las Américas.
El encuentro terminará 23 de noviembre y contará con la participación del representante especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para los migrantes y refugiados venezolanos en la región, Eduardo Stein.
Quito fue también en septiembre pasado, la sede de la I reunión sobre la migración venezolana a la que asistieron once países, una cita a la que el gobierno de Caracas no envió un delegado pese a que estaba invitado.