La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, abreviado internacionalmente como Unesco, pidió a los países de todo el mundo sumar esfuerzos para integrar en sus sistemas escolares a los niños migrantes y refugiados en edad escolar.

Detallaron que desde el año 2000 hasta el presente, el número de personas vulneradas en estos aspectos ascendió hasta los 18 millones. Asimismo, advierten que con las cifras de niños para el año entrante, se podrían llenar medio millón de aulas. Precisa que la mitad de las personas desplazadas por la fuerza en el mundo tienen menos de 18 años, pero «en muchos países son excluidas del sistema educativo nacional».

«Los niños solicitantes de asilo en detención en países como Australia, Hungría, Indonesia, Malasia y México tienen un acceso limitado a la educación, cuando no son privados completamente de acceso a la educación», lamenta el informe.

El texto menciona también países desarrollados como Alemania, que necesitaría 42.000 profesores para dar una educación de calidad a los refugiados. Otros países no cuentan por su parte con los medios para ofrecer una educación adecuada a estos menores.

Así, entre 2013 y 2017, «cerca de 50.000 niños de El Salvador, Guatemala, Honduras y México fueron detenidos cada año en promedio en la frontera de Estados Unidos» donde los servicios de educación «no eran adecuados».

En México, «35.000 menores, más de la mitad no acompañados, han permanecido en centros de detención sin educación organizada, excepto por actividades ad hoc con un componente educativo limitado, tales como talleres de artesanía o debates de carácter religioso».