Calles de tierra y cerros de escombros es el escenario que se observa en Maurica, comunidad del municipio Bolívar.
Luego de seis meses de haber colocado la denuncia, los habitantes de más de 300 casas del sector, continúan a la espera del asfaltado.
«La temporada de lluvias está a la vuelta de la esquina y aquí todo se vuelve una piscina de barro», explicó la vecina Marta Díaz.
Por esta razón, el final de la temporada de sequía, representa una gran preocupación para los moradores de la comunidad.
Díaz detalló que desde hace años, han venido presentando esta dificultad sin recibir respuesta alguna y reconocen que parte de esta molestia (montañas de escombros), se debe a que son colocadas por los mismos lugareños.
«Nadie ayuda con la limpieza del sector. Aquí no existen calles, toda la comunidad está rodeada por tierra. Cuando caen cuatro gotas, todo se transforma en barro», explicó.

Afecciones
Diariamente, las ama de casa pasan hasta 45 minutos limpiando las entradas de sus viviendas.
Amarilys Zambrano, señaló que la suciedad y el polvo los viene afectando de manera preocupante. «Hay niños y personas de la tercera edad que tienen problemas para respirar, porque el polvo está presente todo el día», indicó.
Zambrano comentó que en reiteradas oportunidades se debe mojar el terreno para que el viento no haga «tormentas de arena». Añadió que a pesar de las constantes quejas y denuncias colocadas al gobierno regional, no han recibido respuesta alguna sobre los trabajos de asfaltado.

Otros problemas
Otras de las dificultades que presentan según los afectados es que no cuentan con ningún servicio.
El vecino Juan Alfonzo señaló que la comunidad está «falta de todo». Explicó que al oscurecer, la calle queda en total oscuridad, ya que no hay alumbrado público. «Los malandros se han robado hasta los cables de electricidad», indicó.
Asimismo, comentó que el camión del aseo no pasa y los vecinos deben quemar los desperdicios. Alfonzó añadió que a veces deben «ingeniárselas» para hacer llegar agua hasta cada residencia, porque no hay bomba y solo cuentan con las tuberías.
«La mayoría tenemos déficit con el líquido. No es fácil vivir entre tanta tierra y con poca fuerza hidráulica», apuntó.

Contacto
El equipo de Nueva Prensa trató de comunicarse con algún representante de la gobernación sin tener éxito.

 

Mercedes Quevedo.