A pesar de las promesas hechas en períodos de elecciones, muchas comunidades de El Tigre permanecen en la desidia y con habitantes rogando que la ayuda llegue algún día. Tal es el caso del sector La Chicagua, donde habitan más de 12 familias.

Sus calles son de tierra y cuando llueve el barro les llega a las rodillas. Las casas son barracas de zinc, que no poseen cloacas y que obliga a sus habitantes a descargar las aguas servidas en el patio de las viviendas.

Además, desde hace por lo menos dos años los habitantes esperan la construcción de una escuela en lo que solía ser una planta de gas y que ahora solo sirve como guarida de antisociales.

La precaria situación  fue denunciada por el coordinador del partido Avanzada Progresista en el municipio Simón Rodríguez, Jean Guevara.

MARY MARÍN