El Real Madrid sacó un empate 1-1 con sabor a victoria en el clásico español, ante el Barcelona, y sigue firme en la punta de la clasificación. La 14ta fecha entre culés y merengues fue realizada en el Camp Nou.

El arranque del partido fue muy táctico e intenso, con los dos equipos más pendientes de presionar al contrario y evitar que pudiera armar juego que de mover la bola.  Zidane había dispuesto defender dos contra uno a Neymar y Messi en las bandas y en los primeros minutos funcionó este dispositivo. En ataque, optó la verticalidad de las contras buscando el que parecía el eslabón blaugrana más débil, el lateral de Sergi Roberto, con Lucas Vázquez y Marcelo.

Susto inicial
El Barcelona se llevó un susto mayúsculo cuando Mascherano derribó a Lucas Vázquez en el área a los dos minutos de juego, pero Clos Gómez interpretó que no había penalti. Desde entonces, Messi y compañía tuvieron que masticar tierra en un partido trabado, con el balón dividido y el campo plagado de trincheras y trampas. Con la misma ambición que los blaugrana pero sin la necesidad imperiosa de puntos, el Real Madrid jugó sin ansiedad y, por tanto, sin precipitación.

Destapó la olla
A falta de juego colectivo, tuvo que ser el talento individual el que rescatara al Barça. Esta vez, por medio de Luis Suárez. Neymar lanzó una falta lateral, el uruguayo se hizo un espacio entre Varane y Lucas Vázquez y Suárez marcó gol al fusilar a Keylor Navas con un potente y picado testarazo al 53′.

Ramos salvador
Las circunstancias convirtieron en un plan perfecto la estrategia de Luis Enrique, pues, con el Real Madrid todavía en la lona por el directo a la mandíbula, incorporó a Iniesta por Rakitic para, ahora sí, hacerse con el balón y con el control.
En el epílogo del choque, Arda Turan provocó una falta lateral.
Un centro de Luca Modric llegó al área y Sergio Ramos, libre de marca, cabeceó imparable a la red para reflejar el 1-1 definitivo en la pizarra.
Si el tanto de Luis Suárez había sido un golpe tremendo para el Madrid, el de Ramos fulminó a un Barça que a la desesperada intentó marcar por medio de Sergi Roberto (90+2) pero Casemiro, bajo los palos, achicó el peligro antes de que acabara el clásico con un empate que para «La casa blanca», sin duda, tendrá el sabor del triunfo cuando mire la clasificación, y se vea a seis puntos de su eterno rival.