El portero español más laureado, Iker Casillas, leyenda del Real Madrid, del Oporto y de la selección española, anunció este lunes que concluye su carrera profesional y formará parte del staff directivo del Oporto, debido al infarto de miocardio que sufrió durante un entrenamiento con el club portugués el pasado 1 de mayo.

Desde ese día, han corrido ríos de especulaciones en torno al portero español, uno de los artífices del Mundial que ganó España en Sudáfrica 2010.

Muchos especialistas ponían en duda la continuidad del cancerbero como futbolista en activo, ya que un infarto de miocardio requiere reposo y el proceso de recuperación es lento.

Además, tras ser sometido a un cateterismo y a la colocación de un stent (mecanismo para recuperar arterias obstruidas), su continuidad como portero era muy complicada, ya que se trata de un deporte de elite en el que los golpes pueden poner en riesgo su vida.

Desde el primer momento, los responsables médicos del Oporto no valoraron su continuidad como portero, aunque sí aseguraron que el guardameta no tendría secuelas, ya que fue atendido como mucha rapidez y eficacia.

Desde el 20 de marzo pasado, Casillas ha vivido una concatenación de hechos que han marcado el devenir del madrileño.