La producción agrícola y ganadera sigue teniendo dificultades para obtener o importar insumos, además de las limitaciones al acceso a las divisas y créditos, la inseguridad, y el cerrado diálogo con estos sectores.

Cereales básicos como el maíz y el arroz, ven la caída más fuerte para este año, sin embargo, la caña de azúcar que es un cultivo semi perenne. Café, frutas y hortalizas, “igualmente se ven desatendidos por la falta de agroquímicos, fertilizantes e insecticidas, insumos que se ven cuesta arriba por el efecto inflacionario en la estructura de costos”,  aseguró el director de Fedeagro, Roberto Latini.

Carlos Albornoz, expresidente de Fedenaga, denunció que la producción de carne “sigue cayendo por el contrabando a Colombia o a Islas del Caribe”. También reiteró el hurto de reses con cerca de 400 mil este año, mientras estimó el consumo de carne  en 4 kilos per cápita para 2018, mientras que el año pasado fue de 4,7.

Ambos gremios coinciden en que la falta de atención a los sectores ha complicado la demanda alimentaria que vive el país. Latini resaltó que por ahora “el tema de mano de obra es lo más económico, lo demás está disparado”.

En el escenario de importaciones, explicaron que hay “discrecionalidad” en la entrega de divisas a través del sistema Dicom. Los agrícolas detallaron que tampoco pueden hacer sus recursos propios para importar porque no tienen las permisologías.

Si es por la vía de Agropatria, Latini indicó que “se privilegia a nuevas asociaciones productoras, en los primeros dos años de Agropatria sí  funcionó, luego recayó y no recibimos insumos”.

En opinión de Albornoz, el sector productivo requiere que se reconozca la importancia del gremio con políticas claras y medidas estructurales, “que entiendan que es la herramienta correcta para vencer el desabastecimiento y la inflación, además de despenalizar el tema cambiario, y generar confianza al sector económico”.

Latini resaltó que el cultivo de maíz se hizo en apenas 200 mil hectáreas a nivel nacional este año, “una cifra baja respecto a las 800 mil hectáreas que se han producido históricamente, suponemos que el resto de los cultivos están en igual condiciones, reduciendo su nivel de productividad”.

Asimismo,  informó que no fueron invitados para debatir sobre el Plan 50, planteamiento que según él “arrancó con un plomo en el ala”

“Se pretendía  estabilizar un precio sin  haber estabilizado la economía, es absurdo, el problema de precios no es un capricho del sector productor, nos cuesta mucho producir”, agregó.

Por los ganaderos, Albornoz subraya que aunque tuvieron participación la realidad no permitió acordar una estructura de costos “porque para lograr eso tendrían que reunirse con nosotros, a las cinco de la mañana, todos los días para fijarlo, esto por la inflación”.