A partir de 2019 Alemania prohibirá el uso de azúcar en las bebidas destinadas a niños denominadas Kindertee, actualmente pensadas para hidratar a bebes y niños pequeños.

La intención de la ministra alemana de Alimentación, Julia Klöckner, es también promover ante la Comisión Europea en Bruselas la prohibición de galletas dulces para niños y un freno a la publicidad de productos alimenticios que contengan azúcar en anuncios destinados a menores de edad.

“Llevamos años haciendo recomendaciones a la industria de la alimentación, contamos con todo tipo de estudios que demuestran los efectos del azúcar en la salud y respetamos el principio de la voluntariedad, esperamos de hecho que las empresas reduzcan de forma voluntaria las cantidades de sal, azúcar y grasa que incluyen en los alimentos. Pero si no es así, finalmente, tendremos que tomar medidas”, dijo Klöckner.

A la iniciativa de la ministra por una alimentación más saludable, se suma Jens Spahn, ministro de Sanidad que ha sugerido la regulación de sanciones y multas para las empresas del sector que no cumplan con unos estándares aceptables para el gobierno.

“La obesidad es la gran plaga de estilo de vida de nuestra civilización, la enfermedad que más hace sufrir a sus pacientes y que más gastos ocasiona a las administraciones sanitarias, por lo que es nuestro deber luchar contra ella con todos los recursos a nuestro alcance”, aseguró Spahn.

Spahn y Klöckner destacan que en otros países en los últimos años ya se han tomado medidas como la introducción de impuestos sobre los productos alimenticios altos en azúcar y calorías. La Organización Mundial de la Salud ha aconsejado un impuesto del 20%.

En Alemania, las primeras medidas serán aplicadas a productos alimenticios destinados a la población infantil, para intentar frenar el problema de la obesidad desde temprana edad. En los últimos 15 años, la proporción de adolescentes obesos y con sobrepeso en Alemania ha aumentado del 11% al 16%, una cifra que alarma.