La exposición al sol, estrés, mala alimentación y la contaminación son protagonistas en el desarrollo del envejecimiento prematuro en la piel que, de no tener los cuidados necesarios, podría generar complicaciones médicas, sin embargo, el hielo ha representado un excelente remedio económico.

La terapia facial del hielo, proviene del Oriente pero sus efectos han sido tan positivos que se ha extendido por todo el mundo como medida para preservar la juventud. Según Siempre Mujer, resaltan entre sus beneficios lo siguiente:

Rejuvenece: Al frotar el hielo suavemente por las líneas del rostro dos veces al día, sirve para hidratar, tonificar y evitar la aparición de líneas de expresión, culpables de una imagen de vejez.

Previene el acné: Dile adiós a las espinillas, puntos negros y manchas, enemigos comunes de la piel, que aparecen como consecuencia a largos períodos de tiempo al sol o cambios hormonales.

Estimula la circulación sanguínea: El frío hace que la circulación sanguínea se agilice de manera que mantiene activo el tránsito de la sangre y rejuvenece la piel.

Desinflama: El frío es un excelente aliado para las inflamaciones corporales por su capacidad de disminuir los golpes y las infecciones del rostro.

Genera suavidad en la piel: El hielo tiene la habilidad de reducir los poros dilatados, por lo que tensa la piel. Luego de unos meses de tratamiento, traerá como resultado más firmeza en la piel de la cara.

Para la aplicación del hielo, se necesita que la zona facial esté libre de impurezas y maquillaje, luego tomar los cubos de hielo para ser envueltos en un paño totalmente limpio, y finalmente frotar suavemente en forma circular en intervalos de dos minutos por uno de descanso hasta sumar los 15 minutos.

Como recomendación al momento de lavar el rostro, es ideal utilizar agua fría para mantener la piel fresca e hidratada.