La piel humana tiene tres capas principales, hipodermis, dermis y epidermis, y un enjambre de moléculas y proteínas, como la elastina, que la convierte en un órgano complejo y difícil de imitar, aunque no imposible gracias a la impresión 3D.

El pasado año, científicos españoles dieron a conocer un prototipo de bioimpresora 3D capaz de crear piel humana “totalmente funcional” y apta para ser usada en investigación, probar con productos cosméticos, fármacos y químicos y en un futuro ser trasplantada a pacientes; ahora este modelo se ha mejorado.

En las instalaciones de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), un equipo multidisciplinario dirigido por José Luis Jorcano y Juan Francisco Cañizo ha diseñado una bioimpresora “más robusta, más versátil, reproducible y precisa” que la anterior, con la que se podrá hacer piel “más compleja y progresivamente más parecida a la humana”.

El primer prototipo podía replicar la estructura natural de la piel con una primera capa externa, la epidermis, junto a otra más profunda y gruesa, la dermis.

Ahora, explica a la agencia de noticias EFE Jorcano, se ha dado un paso más y “en un plazo relativamente corto creemos que seremos capaces de producir piel con moléculas importantes, como el ácido hialurónico, con diferentes tipos de colágenos y elastina”, que le dará resistencia.