El presidente dominicano, Danilo Medina, guarda un silencio ante el escándalo de los sobornos de Odebrecht, unos de los casos más graves de corrupción que ha salpicado a varios dirigentes de su partido, en el poder desde hace 13 años, y que supone un duro golpe para su Gobierno.
Desde que el pasado 29 de mayo, el ministro dominicano de Industria y Comercio, Temístocles Montás, fue arrestado junto a otros nueve políticos y empresarios por su presunta implicación en los sobornos que la empresa brasileña pagó para lograr la concesión de obras públicas, Medina no se ha pronunciado al respecto.
En estas últimas semanas, Medina, que inició su segundo mandato en agosto del año pasado tras lograr la reelección, no solo ha mantenido el hermetismo sino que también ha reducido sus apariciones públicas.
No obstante, esta actitud del presidente Medina no ha motivado críticas de los principales partidos opositores.
Montás, que el mismo día de su arresto puso su cargo a disposición del presidente, ingresará en las próximas horas en la cárcel de Najayo junto con otros 6 de los imputados contra los que un juez dominicano dictó ayer una pena de prisión preventiva.
Hasta el momento, Medina ha mantenido en el cargo a Montás, quien ha ocupado carteras en todos los Gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y es miembro del influyente comité político de esta agrupación, aunque tras su imputación ha pedido su suspensión temporal del principal organismo de dirección del partido.
Además de Montás, quien tendrá que cumplir seis meses de prisión preventiva han sido imputados otros cuatro dirigentes del gobernante PLD, entre ellos dos senadores, y el exministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rua.
El caso también alcanzó a un principal líder opositor de PRM, condenado a seis meses de prisión preventiva.