S us días delictivos llegaron al final. En horas de la madrugada, comisiones del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), sostuvieron un enfrentamiento en el sector Tronconal II. El intercambio de disparos dejó como saldo un antisocial menos, en la capital.

Averiguaciones
Desde hace varios meses, los efectivos de la subdelegación Barcelona pesquisaban denuncias por robo y hurto registradas en la barriada. Las investigaciones de campo realizadas por los funcionarios, arrojaron la identificación del líder de la banda señalada por los hechos vandálicos.

Daniel Rafael Lárez López, apodado «El Daniel», era el objetivo a detener. Cerca de las 5:00 a.m, los detectives tomaron las calles de Tronconal. En plena vía pública se encontraba el hombre de 39 años, quien según relato de los testigos, desenfundó un arma de fuego al notar la presencia de los agentes.

Lárez jaló el gatillo contra los uniformados y dio inicio a una refriega. Mientras efectuaba disparos, el sujeto corrió por la vereda 60 y se internó dentro de su casa, desde donde continuó haciendo uso de una escopeta calibre 12 milímetros.

Al cabo de unos minutos, cesó el fuego. Daniel Rafael quien había sido herido por las balas oficiales, cayó desarmado. Desde las ventanas, cientos de vecinos observaron cuando los Cicpc cargaron con él hacia una patrulla. La situación fue aplaudida por la comunidad. El baleado fue trasladado hacia el hospital Luis Razetti. El tiro que recibió en el tórax, le causó la muerte posterior a su ingreso.

Prontuario
En su haber hamponil, Lárez López acobijaba registros por hurto, aprovechamiento de cosas provenientes del delito y droga. Asimismo, estuvo detenido en la mayoría de los centros policiales de la zona Norte y era vinculado a cuatro casos de robo.

Fuentes extraoficiales agregaron que tras el deceso de «El Daniel», varias víctimas se acercaron al despacho de la policía científica para denunciar que éste sujeto los había sometido. Los agraviados manifestaron que por temor a las represalias, no habían acudido ante las autoridades. Por su parte, la hermana del abatido admitió que robaba para comprar la droga que consumía. Sin embargó negó que se enfrentara.