Nuevamente las principales vías de la localidad de Clarines se tiñeron de sangre la noche del viernes.  Dos hombres muertos y tres lesionados fue el saldo que arrojó la colisión de varias motocicletas.

El hecho ocurrió aproximadamente a las 11:30 de la noche, en el sector Santa Teresa de la población antes mencionada.  Al parecer, uno de los vehículos de dos ruedas que iba en dirección contraria a la de las víctimas mortales, no tenía ningún tipo de iluminación, lo que hizo que varias motocicletas chocaran.

En el lugar de los hechos, quedó sin signos vitales un ciudadano identificado como Jesús Robles. Mientras que, Luis Ricardo Martínez Sánchez de 23 años, Luis Manuel Querecuana Guaita (20), Eduardo Rafael Bordomes Rojas (21) y Wladimir Marcano (31), resultaron heridos en el siniestro.

El cuarteto fue trasladado hasta un centro de salud de la zona, de donde fueron trasladados hacia la sala de emergencias del hospital Luis Razetti de Barcelona.  Dicho transporte se realizó entre la 1:00 y las 8:00 de la mañana de ayer.  Pero la suerte no acompañó a Martínez Sánchez, pues cuando el reloj marcó las 4:30 am, quedó sin signos vitales a consecuencia del traumatismo craneoencefálico severo y fractura de la pierna izquierda que sufrió.

Mientras que Querecuana, Bordomes y  Marcano, se encuentran recluidos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del nosocomio capitalino.

Pesar familiar
A las puertas del centro forense de ese recinto, se encontraba el padre de Martínez, sumergido en la tristeza que le había ocasionado la pérdida de su hijo.

El hombre contó que en horas de la tarde del jueves, regresaban de la finca familiar «La Encantada», situada en el sector San Isidro.

«Nos vinimos porque le estaban haciendo un rezo a uno de mis tíos que cumplía seis meses de haber fallecido», explicó.  De igual forma, comentó que una vez terminada la actividad se fueron para su vivienda situada en La Cruz de Belén en Clarines.

«En la parte de atrás de la casa, mi hijo escuchó cantar a una pavita que tenemos desde hace varios años», indicó. Posterior a eso, el muchacho corrió hacia donde estaba él y le comentó que algo malo pasaría porque el ave había cantado.

Minutos después, como se había reencontrado con unos antiguos amigos, Luis Ricardo decidió salir a dar unas vueltas; además de presuntamente ingerir alcohol.
Pero antes de salir de su casa, el pájaro volvió a cantar.  «Hijo ten cuidado por ahí, fue lo último que alcancé a decirle», agregó el progenitor.

A su vez, precisó que luego de despedirse de su hijo se fue a acostar. «Como a las 11:30 mi hijo mayor fue a decirme que había un accidente y que al parecer, habían muertos», refirió el pariente. Indicó que cuando llegó hasta el lugar, se percató de que era su muchacho. Luis Martínez, se desempeñaba como agricultor junto a su padre.