Vestidos de blanco, opositores venezolanos se movilizaron este sábado hacia la Conferencia Episcopal en una “marcha del silencio”, tras el recrudecimiento de la violencia que dejó 20 muertos en tres semanas de protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro.

Contingentes de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y de la policía custodiaron sectores y accesos estratégicos de la capital, así como alrededor de la sede de la institución eclesiástica, que el Gobierno ha acusado de ser un “actor político” opositor.

En puntos de concentración definidos por dirigentes de la oposición, las personas se congregaron con banderas e imágenes religiosas, aplaudieron a “los caídos” y algunos rezaron rosarios antes de comenzar a caminar en silencio y sin consignas políticas.

Una religiosa iba al frente de una de las marchas pidiendo para que se “libere del mal a Venezuela y a los que tienen el poder”.

Manifestaciones similares se realizaron en otras ciudades como Maracaibo, Barquisimeto y San Cristóbal.

Las protestas opositoras, que exigen elecciones generales, han terminado en enfrentamientos con las autoridades, que usan gas lacrimógeno y balas de goma para dispersarlas.

Irregularidades

A pesar de la aparente calma, y que la marcha tenía el propósito de recordar a los caídos de las pasadas manifestaciones, la movilización de este sábado no se libró de ser contenida por la fuerzas de seguridad de algunos sectores como en la avenida Francisco Fajardo, El Rosa, Las Mercedes, cuyos vecinos y asistentes a la actividad manifestaron presencia de paramilitares en los edificios y reportaron hechos de violencia entre los cuales figuraban los gases lacrimógenos por parte de la Policía Nacional y la Guardia Nacional Bolivariana, para dispersar a los manifestantes.

Inmediatamente, los dispersos comenzaron a correr hacia Chacaito y calles adyacentes de El Rosal para resguardarse de los gases.

En vista de la posible amenaza, líderes de la oposición denunciaron las irregularidades a través de las redes sociales, mientras que un grupo de los congregantes de la actividad, pudieron llegar hasta el destino previsto.

Por otra parte, la movilización del Este se consiguió un piquete de la PNB en Los Chaguaramos, donde el alcalde de El Hatillo, David Smolansky, habló con la teniente responsable de la PNB. Pero la funcionaria le explicó que no podían, debido a que había riesgos de destrozos después de la marcha.

La funcionaria explicó que “a lo mejor hay personas que quieren hacer su actividad en paz», pero que hay «infiltrados” que terminan enfrentándose con los cuerpos de seguridad.

Los líderes opositores decidieron ir por una vía alterna, que consistía en subir hacia Bello Monte y descender luego hasta Santa Mónica. Más adelante se encontraron de nuevo con la PNB, que les permitió seguir su camino con la condición de que marcharan en paz y bajo el resguardo de los efectivos.

Para la 1:20 p.m, la movilización pasó por la avenida Victoria y Roca Tarpeya.

Algunos ciudadanos salieron de sus viviendas y se incorporaron a la actividad. Desde sus viviendas a la altura de la entrada hacia la Cota 905, personas ondearon sus banderas.

En el trayecto, los dirigentes opositores reiteraron sus exigencias al Gobierno.

 

Agencias.