Siempre es necesario un escape del bullicio de la ciudad. Eso precisamente representaba el parque La Sirena, ubicado en el municipio Guanta. Pero eso ya es pasado.

Desolado, abandonado, descuidado y representando una especie de radiografía de un pasado muy alejado, así se podría describir hoy lo que queda de este refugio ecológico.

Al llegar y ver las grandes letras que dicen «Bienvenidos» cualquiera se esperaría contar con el saludo cordial de algún vigilante, hacer cola para poder entrar o con guías turísticos, pero no es el caso, solo hay silencio.

Fue decretado Parque Municipal en el año 1960 y está conformado por varias quebradas, entre las que destaca por su atractivo ambiental natural la de San Nicolás, la cual da origen a la cascada conocida con el nombre de “La Sirena”.

En su momento fue el lugar perfecto para que las familias disfrutaran y conocieran las bondades de la jurisdicción.

Lo que en su momento de auge fueron lindas caminerías y pozos llenos de conocedores, hoy es un territorio de lo desconocido.
V

ecinos que hacen vida en caseríos cercanos, aseguraron que han sido testigos de cómo jóvenes se acercan al parque para ingerir alcohol, sustancias estupefacientes y hasta cometer actos lascivos en sus automóviles o al aire libre.

Asimismo, muchos de ellos hicieron referencias a robos y supuestos crímenes conocidos en el lugar, de los cuales muy pocos se enteran y nadie hace algo al respecto.

Es por ello que habitantes cercanos piden reactiven el centro turístico o coloquen vigilancia, para evitar que siga esta situación, la cual los coloca en riesgo.

Iluminación

En cuanto a los postes del alumbrado público, según varios testimonios, ningun poste del lugar funciona, por lo cual de noche reina la oscuridad, lo cual deja abiertas las posibilidades para antisociales.

Asimismo, lo que fueron en un principio baños públicos, en la actualidad lucen desvalijados y en otros habitados por personas sin hogares, quienes hacen sus necesidades fisiológicas allí.

Opciones

En vista de que el servicio hídrico en la comunidad de Chorrerón es tan deficiente, muchos optan por ir en mototaxi al parque y llenar envases directamente de las corrientes de aguas de La Sirena, las cuales son puras de manantial.

Otros en cambio, acuden a estas aguas para bañarse o incluso lavar su ropa, lo que también contamina el sitio donde reposa el líquido natural del espacio público.

 

Génesis Ramos.