Cerca de las 10:00 de la mañana, el equipo de Nueva Prensa de Oriente visitó el sector Bajos de San José, municipio Guanta.

Lo primero que nos recibió al entrar en la comunidad, fue la estampa de un hombre de unos 40 años aproximadamente, quien caminaba con dos pequeños tomados de las manos.

El sujeto vestía un jean azul y franela roja, en sus rasgos se notaban todos los sacrificios que ha hecho para sustentar a su familia.

Él es Enmanuel Martínez, quien todos los días atraviesa por un vía crucis para acercarse al casco central, al igual que más de 200 familias residentes del barrio por la falta de transporte público. Sin temor, se acercó a nosotros para contar que debe  madrugar y levantarse hasta dos horas antes para poder dejar a tiempo a sus hijos en la escuela y que a veces perdían clases por no tener algún carrito que los apoyara con el «aventón».

Otros problemas
Pero la cosa no acaba ahí, el señor, como el resto de los habitantes, se ve en la necesidad de racionar el suministro de agua para que le alcance durante toda la semana, pues depende totalmente de la visita de las cisternas, ya que por las tuberías no sale ni una gota.

“Todo es un proceso aquí. Aunque nos surten con el vital líquido cada ocho días, nos vemos muy apretados por tantas actividades que requieren su uso, especialmente para lavar los uniformes”, explicó el padre de familia, observando hacia los lados por si aparecía alguien que pudiera darles la cola. Junto al hombre, se encontraba una señora mayor que no quiso ser identificada pero que se hallaba en la misma situación, esperando un carrito.

Ella habló de su preocupación por no contar con al menos un CDI que pudiera atender sus necesidades médicas sin tener que pasar por toda esa travesía. Comentó, con lágrimas en sus ojos, que una de sus hijas que padecía de diabetes, falleció esperando que alguien la llevara al médico, por lo que ahora anhela y le pide a Dios que, al menos, hagan un módulo asistencial donde puedan darle solución a sus problemas.
Yusmely R. Tiapa