Anfield nuevamente fue testigo del potencial arrollador del Liverpool, que en esta ocasión dejó por fuera de la Liga de Campeones al poderoso Barcelona, con un resultado de 4-0 para clasificarse a la final de la Champions.
En un error defensivo de Jordi Alba, Sadio Mané se hizo con el balón para dar el pase a Henderson, cuyo disparo fue rebotado por Ter Stegen para que apareciera Divock Origi para rematar a quemarropa la portería culé y poner el 1-0 en el minuto 7 del encuentro.
Comenzando la segunda parte, Georginio Wijnaldum apareció en una jugada en asociación al recibir un centro para meter el balón por la parte derecha de la portería al minuto 54. Y dos minutos más tarde volvió a aparecer el mediocampista para dar un cabezazo que superó la defensa de Ter Stegen, luego de un centro de Shaqiri.
En un tiro de esquina cobrado por Trent Alexander-Arnold, el belga Origi apareció nuevamente para clavar el 4-0 por la parte derecha de la portería de Ter Stegen a los 79 del partido.
El partido comenzó con un Liverpool dominante, empujado por su afición y la motivación de un gol temprano, combinando las bandas con el centro, en múltiples jugadas de asociación que le sirvieron para generar varias jugadas de peligro en la portería culé. Aunque en los últimos minutos de la primera parte, el Barcelona respondió en varias oportunidades, aunque con mucho esfuerzo para superar la muralla defensiva de los de Jürgen Klopp.