La intensidad en la defensa le rindió frutos al endecacampeón de  Venezuela Marinos de Anzoátegui que lo llevó a conquistar de manera clara la serie reciente visitando a Cocodrilos de Caracas.

El control de los navales les dio el control de la tercera posición de la clasificación teniendo  victorias y similar cifra de caídas.

77 puntos fue el promedio del ataque de los dirigidos por el técnico puertorriqueño Tony Ruiz en el par de cotejos frente a los capitalinos. Sin embargo, la mayor ganancia se evidencia en la defensa que limitó al contendor a tener una media de 70 cartones en la contienda que tuvo lugar en el gimnasio José Beracasa del Parque Naciones Unidas.

Dominio naval
En esta ocasión los triples no fueron el arma principal de los anzoatiguenses, tras tener una marca de 26.66 % gracias a 12 aciertos en 45 intentos. Pero este registro le alcanzó para superar al quinteto conducido por Néstor Salazar que dejó un 13.95 por ciento tras seis cestas convertidas de 43 lanzamientos.

Y en rebotes también mandó el Acorazado Oriental al promediar 50 capturas por 30.5 de los saurios. Y el dato distinto se dio en asistencias, luego de que los navales totalizaron 15 habilitaciones por cotejo frente a las 20.5 de su oponente. Por los orientales sobresalió como puntal Jesús Centeno tras fijar una media en la serie de 19.5 tantos, mientras que por  el contendor respondió la dupla de Carl Elliot y Maurice Sutton con marcas de 15 unidades.

Finalmente vale apuntar que el dominio en la serie los deja con chance de poder terminar como dueños de la segunda posición rumbo a la postemporada donde medirán los ocho mejores equipos de la ronda eliminatoria.

Cierre de la ronda regular
Este domingo y lunes los de Anzoátegui afrontarán su última serie de la fase inicial, cuando se midan a Panteras de Miranda en el gimnasio Luis Ramos del eje Barcelona-Puerto La Cruz.

Nueva barrida
El dominio de los orientales frente a los saurios les otorgó el control total de una serie, luego de que alcanzaran esta meta por última vez en la edición de 2006.

Tomás E. Rincón