La Nasa, en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA) busca 24 voluntarios que puedan cumplir con la extenuante labor de permanecer en cama por 60 días. Por si la propuesta no sonara tentadora, la agencia espacial ofrece 19 mil dólares a quienes acepten el reto.

La inusual proposición tiene como objetivo ofrecer a los científicos maneras de ver cómo el cuerpo se adapta a la ingravidez. Para esto los voluntarios pasan hasta 70 días en la cama como parte de una serie de investigaciones denominadas “Estudios de reposo en cama”.

Aunque pareciera un trabajo de ensueño para muchos, las condiciones del estudio son un poco más incómodas de lo que realmente aparenta.

El caso es que el periodo que los voluntarios deben pasar en la cama va acompañado de 6 grados de inclinación de cabeza hacia abajo.

Según lo reseñado por el portal web Perú21, no se trata solo de dormir en una cama con esa inclinación, sino de comer, beber y hacer ejercicio e incluso ducharse en esa posición de cabeza hacia abajo. Esto hace que el cuerpo se adapte como si estuviera en el espacio y permite a los científicos monitorear continuamente los efectos de esta posición, sobretodo cómo cambian los cuerpos y por qué.

Aparte del aburrimiento, la rutina diaria es mucho más agotadora en esta posición. A esto se le suma una dieta estricta, la recopilación continúa de datos: presión arterial, frecuencia cardíaca, absorción de nutrientes, gasto de energía, masa ósea e incluso el estado de ánimo de los participantes y por ende, la falta de privacidad.

Los resultados permiten que se creen nuevas medidas que se espera, ayuden a los astronautas en las misiones espaciales y a las pernas en cama de la Tierra.

Debido a que los viajes espaciales son tan costosos y peligrosos, los estudios se realizan en tierra para poder comprender los efectos de vivir en el espacio y cómo funciona nuestro organismo sin gravedad que atraiga el flujo de sangre a las piernas. En estos casos, las cabezas de los astronautas se llenan de fluidos que dan como resultado un síndrome conocido como “cabeza hinchada, piernas de pájaro”.

Durante los estudios de “reposo en cama”, los investigadores pueden estudiar sin tanto riesgo, los efectos de los cambios de líquidos en los cuerpos de los participantes, así como la pérdida de la masa ósea y muscular que a menudo se experimenta en la ingravidez.

Para soportar el proceso, se alienta a los participantes a establecer una meta, como aprender un nuevo idioma o tomar una clase en línea. Los familiares y amigos también pueden hacer visitas, lo que ofrece una distracción, pero como ya se mencionó, sin cambiar de posición (en cama y de cabeza).

Estos estudios pueden sonar atractivos para cualquiera, sin embargo la Nasa hace hincapié en que para ser seleccionado se necesita gozar de una excelente salud, no ser fumadores, medir entre 1.50 y 1.90 metros y estar en un rango de edad específicos. Al respecto la misma agencia espacial realizará una selección antes de iniciar el “descanso”.