El servicio de salud público de Reino Unido, el NHS, define el vaginismo como la reacción automática del cuerpo al temor de alguno o todo tipo de penetración vaginal.

Los músculos vaginales se contraen y la mujer no consigue controlarlos. Una persona que padece vaginismo puede tener dificultades para insertar un tampón, por ejemplo, y por supuesto tener dificultades para mantener relaciones sexuales llegando incluso a sentir un dolor ardiente y/o punzante.

Las mujeres con vaginismo pueden tener dificultades e incluso sentir dolor cuando tienen que ponerse un tampón

El tratamiento para el vaginismo incluye fisioterapia y técnicas de relajación

Las estadísticas sobre cuántas mujeres padecen vaginismo no son del todo fiables aunque una estimación del Centro de Sexualidad Femenina de la ciudad de Nueva York estima que podrían verse afectadas 2 de cada 1.000 mujeres. Pero no es fácil dar con una cifra concreta.

«Es difícil determinar cuántas mujeres lo sufren porque la mayoría de mujeres que tienen problemas sexuales simplemente no hablan de ello», asegura la doctora Vanessa Mackay.

Pero el vaginismo no debe confundirse con un simple dolor vaginal.

«El vaginismo es diferente al dolor solo durante el sexo porque es una reacción automática del cuerpo la que lo causa», explica Mackay, ginecóloga que asesora en el Hospital Universitario Queen Elizabeth de Glasgow (Reino Unido).

El vaginismo no tiene solo una componente física, sino también mental: el miedo a la penetración.

Un asesoramiento psicológico-sexual suele ser lo más adecuado, asegura la doctora: «Es una especie de terapia en la que se conversa y se ayuda a la paciente a comprender y cambiar los que siente hacia su propio cuerpo».

«Las técnicas de relajación para a aprender a relajar sus músculos vaginales suelen ser beneficiosas. También los ejercicios de suelo pélvico acostumbran usarse en tratamientos para el vaginismo».

«También prescribimos dilatadores vaginales, son objetos lisos con forma de tampón que vienen en diferente grosor y que te hacen acostumbrarte a tener algo dentro de tu vagina».