Al menos 2,000 migrantes salieron este miércoles de El Salvador en la segunda caravana desde el país centroamericano con rumbo a Estados Unidos huyendo de la pobreza y la violencia, pese a las amenazas del presidente Donald Trump de que no les permitirá la entrada.

Inspirados por las movilizaciones en Honduras, la caravana se organizó desde mediados de octubre por WhatsApp y redes sociales, y le sigue los pasos al primer grupo de 500 salvadoreños que partió el domingo y que ya se encuentra en territorio mexicano.

Todavía incrédulo de la movilización, José Machado, un cobrador de pasaje de autobuses de 19 años, llegó desde la madrugada junto a su pareja de 21 y sus hijas de cuatro y cinco años, con la esperanza de cruzar la frontera por un mejor futuro para su familia.

“No me alcanza el dinero. Gano entre 15 y 20 dólares diarios, pero el cobro del cuarto, las niñas se me enfermaban, la medicina, el vestuario, la comida, no alcanza lo suficiente, así que hemos decidido emprender camino y primeramente Dios lleguemos al destino”, dijo a Reuters. Machado llegó desde el departamento de Usulután, en el este del país.