El gobierno boliviano decretó la «situación de emergencia» en el país al registrarse la peor sequía de los últimos 25 años, la cual ha provocado cortes de agua en siete de las 10 principales ciudades.
«Hemos aprobado en el gabinete (de ministros) un decreto» con «el objeto de declarar situación de emergencia nacional, debido a la presencia de sequía y déficit hídrico en diferentes regiones del país», señaló el mandatario Evo Morales tras la reunión en la sede presidencial.

El decreto permitirá al poder Ejecutivo, gobernaciones regionales y alcaldías «la movilización de recursos económicos para atender un derecho humano que es el agua», indicó Morales, explicando que este 2016 fue «el más caluroso de los últimos 100 años».

Junto a sus colaboradores el gobernante evaluó la escasez y racionamiento de agua en las ciudades de La Paz, y su vecina El Alto, Cochabamba (centro), Oruro (oeste), Potosí (suroeste), Sucre (sureste) y Tarija (sur).

Medida
La Paz es sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo y cuenta con unos 800.000 habitantes, menos de la mitad de los cuales ha sido afectada por los fuertes racionamientos desde hace más de dos semanas. Además, la empresa estatal de agua EPSAS señaló que los cortes del suministro se ampliarán a más zonas de la ciudad y se reducirá el tiempo de distribución a tres horas, cada tres días.

Algunos barrios sólo se abastecen de camiones cisterna que facilita la empresa EPSAS y la alcaldía de La Paz. El presidente boliviano, Evo Morales, explicó que el Decreto 2987 tiene por objetivo paliar «la sequía y déficit hídrico en diferentes regiones provocadas por fenómenos climáticos». El gobierno constituyó una serie de equipos para paliar las necesidades, principalmente en los barrios de La Paz, según la agencia ABI. Las autoridades repartirán cisternas y tanques y tratarán de buscar nuevas fuentes, por ejemplo mediante la perforación.