Para mejorar sus ingresos,  comerciantes han optado por cambiar el ramo de sus negocios a ventas de comida. Durante los últimos meses en el municipio Simón Rodríguez esto se ha dado con frecuencia.

En la avenida Francisco de Miranda, un local en el que anteriormente funcionaba una funeraria fue clausurado y posteriormente aperturado como una panadería. Situación similar también se registró en la segunda carrera de Pueblo Nuevo Sur, cuando una agropecuaria cerró sus puertas y luego de un par de semanas abrió como una panadería.

Asimismo, se puede observar en el sector Casco Central de la ciudad, donde se agrupa un número importante  de comercios que actualmente ofrecen ventas de alimentos. Como ejemplo, citamos  el caso particular de la mayoría de las zapaterías  de esta zona, cuyos propietarios ubicaron un mesón en la parte del frente y allí  expenden productos importados desde Brasil. Pese a que funcionarios del Sundee han señalado que esto no es legal.

Al respecto, el directivo de Consecomercio, Carlos López, opinó que los comerciantes han optado por esta alternativa de ingreso económico  en vista de que actualmente  la comida es lo que más compra la gente. «Bueno no te extrañes  que yo en mi Ferretería empiece a vender arroz o ese tipo de productos porque es que de alguna manera tenemos que sobrevivir y el ramo Ferretero  ha sido muy golpeado», expresó López.

Comentó que otros para no cerrar empresas, han liquidado al personal, acción que considera «extremadamente dolorosa». Indicó que  un 30% de negocios han cerrado en los últimos meses,  cree que por los gastos de personal y alquileres elevados.
Señala que los sectores restaurantes, tiendas deportivas y de ropa son las que más han bajado sus santamarias. «Esa espiral carnivora de la inflación no se detiene. No da tiempo de renovar inventarios», expresó López.

Susana Quijada