El desespero y la angustia acompañan diariamente a los padres de pacientes del oncológico infantil Dr. Rafael Tobías Guevara Rojas, de Barcelona.

«No hay» es la frase más usada por los médicos y también la más temida por los familiares. Desde algodón y alcohol, hasta una quimioterapia, el centro de salud no cuenta con los insumos ni tratamientos para asegurar la vida de los 25 pacientes menores de edad que hoy hacen vida en el piso cuatro.

Jornada de calle
Ayer, más de 20 padres decidieron cerrar en ambos sentidos la avenida Argimiro Gabaldón, mejor conocida como vía Alterna. Esto, para llamar la atención de los directivos de la gobernación.

La protesta, logró la asistencia del Director del Despacho estatal, Argimiro Aponte.
Luego de un recorrido por el hospital, aseguró que la ayuda llegará.

«Mantendremos una reunión con los directores de los respectivos centros de salud, médicos y con el gobernador, Nelson Moreno. Aseguraremos la ayuda continua al oncológico infantil», informó.

Vida del familiar
La madre, Claudia Puesme, manifestó que cada representante guarda una lista de medicamentos e insumos que son pedidos por los médicos para realizar cualquier intervención quirúrgica.

«Los kits para operar, que contienen guantes, batas y gorros debemos comprarlos los padres», aseguró.
Muchos de los tratamientos y operaciones deben ser suspendidas al no contar con los medicamentos posteriores.

«Debemos gastar desde bolívares 300 mil para completarles el tratamiento a nuestros hijos», comentó la madre, Alexandra Hernández.

A su vez, añadió que el gasto diario es desde Bs. 30 mil. Sin contar la compra de cada antibiótico que se consigue en 50 mil bolívares. Hernández agregó que las quimioterapias muchas veces las adquieren «bachaqueadas» desde 25 mil bolívares.

«Muchos de los medicamentos ni siquiera se consiguen. Hay padres que los mandan a comprar en otros países, en otros estados o los buscan por redes sociales», manifestó.
Enfatizó que el tratamiento para los linfomas es el que más escasea.

Pérdidas
En lo que va de año, siete menores de edad han fallecido. «Cada 15 días muere un paciente y lamentablemente todos los días llega un nuevo niño», afirmó la mamá, Dayana de Salazar.

Durante las noches, cuando se presentan más emergencias, solo cuentan con una enfermera.