A  las 6:00 de la mañana comienza el día para Isabel García. A esa hora, la enfermera entra a la habitación para colocarle el medicamento a su pequeña, que padece de cáncer.

Cada día es una nueva aventura llena de dificultades, así describe la hospitalización desde hace más de tres meses, en la Unidad Hemato – Oncológica de Oriente, ubicada en el hospital de niños Rafael Tobías Guevara de Barcelona.

Ahí, la colocación de medicamentos y la continuidad de tratamientos depende de un factor importante: la disponibilidad.
«No tenemos la dosis para hoy», es lo que se escucha por parte de los médicos cada vez que se acaba alguna medicina.  García explica que los pequeños pacientes cuentan con los mejores profesionales, aún cuando «trabajan con las uñas».

Situaciones  
Muchas son las ayudas que reciben los más de 20 niños que están en el piso 4 del nosocomio.  Fundaciones, empresas privadas y personas se acercan hasta el recinto a brindar algunos medicamentos.

«Es bastante recurrente que recibamos donaciones de insumos y alguna que otra medicina. En vista de la escasez en general de los tratamientos, cualquier ayuda es buena», comentó una enfermera que no quiso ser identificada. Tanto personal médico como familiares, se encargan de hacerle más llevadera la enfermedad a los niños.

«En la semana procuramos tener actividades para alegrarles la estadía en el hospital. Sabemos que no es fácil ser niños y estar metidos en este lugar las 24 horas», alegó la enfermera. La profesional afirma que los pacientes cuentan con visitas y distintas jornadas de donación de juguetes o salidas al cine. «A veces las fundaciones se encargan del traslado y regreso en paseos. Hace poco fuimos al centro comercial Puente Real y fue un día diferente», contó.

Fallas
Pacientes con diversos tipos de cáncer dejaron de recibir fármacos como bleomicina, ciclofosfamida, cisplatino, doxorubicina, etopósido, interferón alfa, folinato de calcio, mesna, panitumumab, entre otros medicamentos.

 

Mercedes C. Quevedo