Hay actores políticos que juegan a los vivos, al montarse en unas aspiraciones sabiendo en el fondo que en las primeras de cambio navegan sobre imposibles, teniendo bien claro que las metas son otras. Ese es el caso de la activa Carlota, quien maneja la idea de una candidatura a la gobernación, ella más que nadie sabe que de casualidad optará por una diputación regional. Desafortunadamente el trabajo no le rinde, no es una gerente política. Quizás sea por el mal asesoramiento del ex gobernador con quien laboró, pues ese señor nunca creyó en el trabajo de calle ni organizativo, sistema de accionar aprendido en sus raíces del Movimiento Al Socialismo. La verdad es que a Carlota la descalifican hasta con su mayor virtud, todos dicen que es súper inteligente con post grado en España, pero muy mala política, pelea con su sombra y cree tener siempre la razón, desconoce la palabra humildad. Otro aspirante es Omar, el comunicador dice ser precandidato a la gobernación, sabiendo que nadie apuesta a él, Los vaticinios dados sobre la victoria segura de Alexis Rosas, cuando Omar conducía un programa televisivo, y Rosas llegó de último, lo descalifican como analista y conocedor de la realidad del estado Anzoátegui.
Es tan cierta su escaza credibilidad que si le rompen la cabeza, muchos dicen que se le atravesó a la bomba lacrimógena para ser agredido y agarrar centrimetaje, en eso es un maestro. Seguro también recuerdan el día que un alcalde le rompió la cabeza al lanzarle un vaso de vidrio. Agarrando foto de primera en la prensa regional, con la cara y ropa ensangrentadas. Supuestamente busca ser alcalde de Lechería o Puerto La Cruz. Indudablemente que su presencia no ayuda mucho a María Corina, de tener otro coordinador quizás esa organización ya hubiese tenido un perfil positivo. Por otro lado hay personas que ni siquiera saben lo que aspiran, pareciera estar más pendientes de montarse en cualquier palestra.
En nuestra entidad vive un señor que llegó a ser directivo empresarial, ese escenario se le agotó, entonces se acordó que en tiempos de estudiante fue dirigente social cristiano y de golpe se nombra el salvador de Copei en el estado Anzoátegui. Muy loable su actitud, pero encontró muchas barreras, pues en su transitar de directivo empresarial no le dedicó un solo día a los que fueren sus compañeros. En medio de esa encrucijada, inventa una salida y dice aspirar la gobernación por Copei.
Desafortunadamente para él pretendió desde esa posición darle órdenes a todos los copeyanos, rebotó. No se dio por vencido, intentando recorrer los municipios de nuestra geografía con el saldo negativo del fracaso. Invitó a un ex gobernador y a un reconocido periodista, comprando para el almuerzo dos kilo de sardinas, asándolas sobre una lámina de zinc en El Tigre. Los diez comensales no se quejaron del pescado mucho menos del casabe. Si del olvido del agua de beber, imagínense la sed. Primera y última gira.
Armando Orocopey