¿En alguna oportunidad realizaste alguna actividad, esfuerzo o acción en pro de mejorar algún proceso en tu organización y fuiste reconocido por ello? ¿Cómo te sentiste? Me imagino que pletórico de alegría, muy bien y con mayores ganas de repetir esa acción para que te sigan elogiando tus acciones.
Pero también existe otro lado oscuro de la película. Cuando sentiste que realizaste el mejor esfuerzo para gestionar una dificultad en tu entorno, pero nadie invirtió al menos dos minutos para reconocer tu esfuerzo. ¿Esto sucede, cierto?.
¿Cómo logramos aprovechar al máximo el poder del elogio? Simple, a través de sencillos pasos. Recomiendo: a) Evitar que el reconocimiento incluya comparaciones, ejemplo: «Compañero de trabajo queremos reconocer su esfuerzo en velar por el buen uso de los equipos de la oficina, anteriormente esa función lo hacia ‘fulano’ pero como él no está aquí, tú también lo hiciste bien». b) El elogio debe expresar un efecto positivo en la organización, ejemplo: «Compañero de trabajo gracias a sus horas extras y fines de semana ya estamos a la vanguardia de nuestra competencia, ahora sí vamos a ser más competitivos». c) El reconocimiento debe ser detallado. Para que el reconocimiento surta los efectos deseados debe ser específico, ya que se estaría demostrando que se le presta atención a una forma particular de actuar. d) El reconocimiento debe ser oportuno, no debemos esperar demasiado tiempo para reconocer el esfuerzo al trabajador, ya que se pierde el efecto deseado, Ejemplo: «Compañero de trabajo se me había olvidado, estaba pendiente desde hace cuatro meses, quería reconocer su esfuerzo por las horas extras que ha trabajado en la organización.
El elogio oportuno a los empleados que se dedican y ocupan en realizar actividades en pro de las organizaciones, despiertan el interés de los empleados apáticos. Si existiere algún miembro del equipo indiferente a contribuir con la organización, y percibe que su compañero es reconocido por sus esfuerzos, se verá tentado a realizar una labor en pro de la empresa para lograr también su propio reconocimiento, para conseguir un elogio de sus pares, enriqueciéndose el esfuerzo colectivo, obteniendo así resultados que benefician a toda la organización.

Recordemos lo que expresó el Psicólogo y Filósofo, Williams James 1842-1910:“Los seres humanos en el núcleo de su personalidad tienen la necesidad de ser apreciados”.

Si es un empresario y busca insaciablemente despertar el interés de sus compañeros de trabajo y maximizar una organización competitiva y dispuesta a asumir retos, entonces aplique el poder del elogio, inicie hoy un reconocimiento concreto, detallado, equilibrado, oportuno y sincero de las labores de los miembros de su empresa. ¿Qué espera?.