Una marea naranja inundó las afueras del estadio Luis Aparicio “El Grande”, el pasado lunes 23 de enero. Los fanáticos de las Águilas del Zulia evidenciaron el reimpulso de la afición del deporte élite de Venezuela.

«A la temporada la salvó la final. Antes había sido un torneo desanimado, sin mucho público», dijo el presidente de la LVBP, Óscar Prieto Párraga.
La situación económica que se vive en Venezuela influyó. El tema de la inseguridad, y el del gasto que requería pasar cuatro horas en el estadio fueron los más grandes detonantes para caer en esta crisis.