Los cigarrillos electrónicos son dos veces más efectivos que los parches de nicotina o los chicles para dejar de fumar cigarros tradicionales, según un estudio británico que involucró a casi 900 personas.

El estudio, publicado en el New England Journal of Medicine la semana pasada, encontró que el 18% de los fumadores que usaron dispositivos a batería lograron evitar los cigarros combustibles durante un año, en comparación con el 9,9% de quienes confiaron en terapias de reemplazo de nicotina para el mismo objetivo.

«Este es el primer ensayo que prueba la eficacia de los cigarrillos electrónicos modernos para ayudar a dejar de fumar», dijo el investigador principal Peter Hajek, profesor de la Universidad Queen Mary de Londres.

Los dispositivos electrónicos «fueron casi el doble de efectivos que la combinación de productos de reemplazo de nicotina», agregó.

Sin embargo, quienes se pasaron a cigarros electrónicos tenían muchas más probabilidades de seguir usándolos, lo que indica que pueden haber intercambiado una fuente de suministro de nicotina por otra, sin superar su adicción.

El ensayo asignó al azar a 886 personas que buscaban ayuda para dejar de fumar en Gran Bretaña para recibir por tres meses un tratamiento de reemplazo de nicotina de su elección como parches, chicles, aerosoles, inhaladores o una mezcla- o un paquete de cigarros electrónicos y una o dos botellas de líquido con nicotina.

El grupo de los dispositivos electrónicos fue alentado a comprar suministros de su gusto, como distintos sabores de nicotina, que incluyen frutas, dulces y menta.

También se les ofreció asesoramiento psicológico y apoyo conductual una vez a la semana durante al menos un mes.

Pasado un año, los investigadores descubrieron que el 80% de los usuarios de cigarrillos electrónicos que habían logrado mantenerse alejados de los cigarrillos combustibles seguían utilizando su dispositivo a batería.

En el grupo de reemplazo de nicotina, en tanto, solo el 9% de los que habían dejado de fumar seguían usando parches, chicles u otros sustitutos.

«Si bien los cigarrillos electrónicos son ‘más seguros’ que los cigarrillos tradicionales, no están exentos de riesgos», escribieron Belinda Borrelli y George O’Connor, profesores de la Universidad de Boston.