Aproximadamente 300 ballenas piloto murieron hoy al quedar varadas en la flecha litoral Farewell Spit de Nueva Zelanda, sin que los cientos de voluntarios que se acercaron hasta allí consiguieran salvarlas.

«Es una de las cosas más trágicas que he visto nunca. Tantos seres tan delicados que ahora están tirados en la playa como si fueran basura», dijo uno de los 500 voluntarios al portal de noticias «Stuff».

De acuerdo con los datos del Departamento de Conservación (DOC), 416 ballenas quedaron encalladas y solo 50 se marcharon nadando cuando fueron devueltas al océano, mientras que varias decenas volvieron
inmediatamente a la playa junto a sus congéneres.

No está clara cuál fue la causa de la catástrofe, pero la organización de protección de ballenas Project Jonah apuntó a una combinación de elevadas temperaturas y enfermedades.

El Calderón o ballena piloto es un género de dos especies de cetáceo relativamente pequeño (Entre 5 y 7 metros, con un peso de 1300 kilogramos en las hembras y 2300 en los machos). Se trata de animales muy sociables y los fuertes lazos que se crean entre los miembros del grupo hace que a menudo todos acaben varados por solidaridad con uno de ellos. La zona de Golden Bay también es propicia a que los animales queden encallados debido a la gran extensión de aguas poco profundas.

El incidente es el tercero más grave de este tipo que se recuerda en Nueva Zelanda. El peor registrado data de 1918 y en el perecieron cerca de mil ballenas. El segundo sucedió en 1985 y murieron 450 cetáceos en la costa de Auckland. Hace dos años, quedaron atrapados 200 de estos animales en esta misma costa.

 

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