¿Alguna vez estando en tu jornada laboral y de la nada encuentras a cualquier compañero de labor, que notoriamente estaba molesto y quiso pagar los platos rotos contigo?

Si alguna de tu respuesta es sí, te tengo una buena noticia, al finalizar de leer este artículo conocerás cómo abordar, de forma inteligente y constructiva, ese tipo de discusiones dañinas y así prevenir que destruyan tu clima organizacional.

Lo primero es de dejar muy claro es que mientras exista la comunicación con otros semejantes, siempre va a existir la posibilidad que nazca un conflicto, los seres humanos están en constante comunicación, en permanente interrelación con otros y pueden vivir pequeños o grandes conflictos, debido a la percepción de la realidad, por conflictos de intereses y/o por mala comunicación.

Acá les comparto unas sencillas, pero potentes ideas a ser utilizadas en situaciones de conflictos laborales:

a) Mantén la calma: Al momento de surgir el conflicto procura tomar una bocanada de aire, respira profundo, no te apresures a responder nada, no repliques, tan solo mantén la calma, escucha, deje que drene todo aquello que piensa.

b) Observa y presta atención: No sé trata de una mirada fija o escalofriante, tan solo debes observar, que él o ella sepa que le estás prestando atención, de repente eso es lo que quiere ¡Ser escuchado! No escuchar al que nos habla, no sólo es falta de cortesía, sino que puede ser entendía como un menosprecio y por lógica aumentar el rencor.

c) Dale un voto de confianza: Suponer, inmediatamente, la mala fe de otro es un error fatal, mientras mantienes la calma, lo observas y escuchas debes reflexionar internamente ¿Será que yo soy el responsable de esta situación? Siempre comparto con mis alumnos una frase célebre de Napoleón Hill “Recuerda que cada discusión tiene al menos tres puntos de vista: El tuyo, el del otro y los de los demás” En alusión a que no siempre lo que percibimos es la verdad.

d) Todo lo que sube tiene que bajar: Si es notorio el malestar y se encuentra subido de tono el volumen de tu interlocutor, procura invitarlo a tomar, nuevamente el tema, en otro momento, con expresiones asertivas y empáticas “Realmente comprendo cómo te puedes sentir, tal vez yo en tu lugar me sentiría igual, te invito a tratar el tema al finalizar, lo que en estos momentos estoy haciendo ¿te parece dentro de 2 horas? Juntos conseguiremos la solución a éste inconveniente.

e) No acumule: La idea no es postergar el tema, cuando se está escalando a una situación violenta, no es engañar, ni acumular problemas, es simplemente evitar que se pierda el control de la situación, pero NO acumule problemas sin resolver, ya que pierdes credibilidad y aumentas el rencor f) Busca el diálogo: Siempre debes estar abierto al dialogo, claro está sin dejarte pisotear, ni humillar, tan sólo abre la ventana de un dialogo franco, sincero, asertivo donde se puedan limar cualquier aspereza. ¡Qué esperas!