Es evidente que el entorno empresarial que estamos viviendo en la actualidad es muy variable, altamente dinámico, sin duda alguna estamos navegando por mercados muy ágiles y volátiles, que nos llevan por senderos sombríos, tristes y muy peligrosos, que obligan a sus líderes a tomar decisiones de avanzada que se adapten a las necesidades actuales para lograr que sus organizaciones continúen con sus puertas abiertas.
Es por ello que considero a los Gerentes, de hoy en día, como verdaderos héroes, ya que deben ser versátiles y muy ágiles para mantener a flote sus organizaciones, y cabe recordar lo que expresó Charles Darwin: No es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, si no aquel que es más capaz de adaptarse a los cambios.
¿Estamos en una era dónde se necesitan líderes capaces de adaptarse al cambio? Claro que sí, ya que de sus decisiones, de sus aciertos o desaciertos dependerá la supervivencia de empresas que tienes hasta más de 10 décadas de existencia, y todo ello está relacionado con su capacidad de adaptación.
Analicemos la figura del líder en las últimas seis décadas y su evolución, hasta nuestros días, por ejemplo en los años 60 y 70 del siglo XX se invirtieron muchos años de investigación académica, y los estudios se centraron en el análisis de las estructuras, las tareas y las asociaciones, y arrojaban resultados alarmantes ya que, ellos consideraban que era más importante saber qué hacen y cómo hacen los líderes sus actividades, más que lo que ellos como seres humanos eran, es decir, estudiaban los resultados de sus gestiones sin importar ni estudiar al líder como tal.
Posteriormente durante el período 80 y 90 del siglo XX, aunque bajo diferentes ópticas de análisis, la reflexión sobre el liderazgo parece estar presidida por la idea de que un líder es, de alguna manera, una gran persona cuya actividad mueve la historia, aquellos teóricos expresaron y explicaron el fenómeno del liderazgo a partir de los rasgos y características de superhombres.
Ahora bien desde el año 2000 se está manejando la concepción de un líder humano, que siente, que padece, que ríe, llora y es estudiado como una unidad Bio-Sico-Social, que está conformado por las características propias de los seres humanos envueltos en una tela de araña emocional, y por ello es indispensable que el nuevo líder desarrolle habilidades sociales para que pueda acelerar la comprensión de mecanismos para trabajar, guiar, persuadir y motivar a otras personas en favor de los objetivos empresariales, debe administrar el tiempo de forma eficiente, y por sobre todas las cosas manejar el estrés que le produce sus actividades, así como comprender y direccionar el estrés que también están sometido día a día sus colaboradores.
¿Quieres ser un excelente gerentes? Entonces debes desarrollar tu lado humano para dirigir eficientemente a tus seguidores.