Las modas siempre vuelven. Lo retro, el amor por los años 80, el no vacunarse y, ahora, la tendencia de tomar leche cruda. Sin embargo, algunas modas son más peligrosas que otras y, desde luego, tomar leche cruda es peligroso.

Tomar leche cruda es algo que se ha convertido en actualidad estos últimos días, pero que viene de lejos. Responde al afán de volver a consumir productos más naturales, algo que se puso de moda hace unos años (cuando se empezaron a cuestionar los transgénicos) y que en 2016 se extendió en Estados Unidos en forma de ley que permite comerciar leche cruda.

Antes de continuar, debemos entender como »leche cruda» aquel producto que no solo no ha sido procesado para acabar con microorganismos patógenos (la leche UHT), sino que tampoco ha sido hervido, o pasteurizado, para acabar con dichos organismos. Es decir, se trata de leche recién extraída que se toma sin ningún filtro.

La respuesta es sí, ingerir leche cruda tiene consecuencias en el organismo, ya que es algo peligroso para la salud de la población en general por la cantidad de bacterias que posee un alimento. Personas mayores, embarazadas y niños pequeños pueden sufrir desde problemas intestinales hasta otras afecciones mucho más graves.